Aprendizaje con conciencia®
PNL, coaching educativo y de vida, y pedagogía alternativa
Sentando las bases de una nueva educación
Formación para docentes, profesionales, estudiantes, parejas, padres y abuelos
Cuando hablo de “Aprendizaje con conciencia” me refiero a todo tipo de aprendizajes, no solo los escolares. Los aprendizajes diarios, en casa, en familia, con la pareja, con los hijos, con los nietos. Todo el tiempo estamos aprendiendo, no solo incorporando conocimiento desde lo formal, sino a través de la experiencia de vivir.
El aprendizaje que propongo es uno en el cual estamos atentos a nosotros, a nuestras emociones, a la relación con los demás. Además del aprendizaje académico o profesional, me refiero al aprendizaje de vida, que hasta ahora no se ha enseñado en ninguna institución educativa.
Por eso, “Aprendizaje con conciencia” es para todo aquel que quiere realzar su experiencia vital. Es para docentes, padres, estudiantes, parejas, abuelos. Es descubrir que todo puede hacerse desde la alegría y la plenitud. Es entrenarnos en el arte de conocernos, de comunicarnos, de resolver nuestros conflictos amorosamente, de respetarnos y de crecer juntos. Es crear sinérgicamente familias, comunidades, instituciones y empresas con misión, visión y sentido. Es honrar un compromiso con la vida misma.
La propuesta es que los adultos nos formemos como humanos completos, para poder de esa manera enseñar y transmitir desde la sabiduría y desde la conciencia.
Laura Szmuch, Aprendizaje con conciencia
PNL, coaching educativo y de vida y pedagogías alternativas.
Aprendizaje con conciencia
PNL, coaching educativo y de vida, y pedagogía alternativa
Sentando las bases de una nueva educación
Soy docente. Cuando comencé a capacitar colegas estaba convencida de que si los maestros y profesores modificaban algunas cosas esenciales, la Educación iba a cambiar. Con los participantes de nuestras capacitaciones hemos atestiguado muchos logros en lo personal y lo laboral. Muchos docentes han crecido, salido de sus caparazones, y están compartiendo todo lo que han aprendido con otras personas. Sin embargo, aunque todo lo que hemos conseguido es maravilloso, comprobé que no alcanza.
Cuando hablamos de Educación, no nos referimos a un espacio en el cual suceden procesos de aprendizaje formales solamente. No solo aprendemos en la escuela, en la Universidad o “enviamos” a nuestros hijos a que los educadores se hagan cargo de vaya a saber qué. El aprendizaje se da en todas partes, y viene de la mano de los amigos, abuelos, tíos, vecinos, programas de televisión, Internet, y tantas otras fuentes. No todas esas influencias son lo que deseamos para nosotros o nuestros hijos, por eso, como familias, es bueno tener en claro qué es lo que queremos, qué tipo de educación nos resulta coherente, qué valores queremos fomentar, y qué cosas queremos evitar.
Si realmente estamos comprometidos con algo más grande, es decir, la transformación de nuestra sociedad, es necesario, hasta urgente, que de la Educación nos hagamos cargo todos. Es imprescindible que ya no haya más padres culpando docentes, docentes culpando padres por lo que no se puede hacer. Ya no más justificar que el “sistema” no me permite hacer lo que es absolutamente necesario. Esa actitud, además de irresponsable, es infantil.
Si nos interesan nuestros alumnos, hijos, sobrinos, nietos, nosotros mismos, es hora de repensar la educación juntos. Esa educación que no ocurre solo en un establecimiento educativo, sino en el hogar, en la calle, en un club, en una comunidad, en un centro recreativo, en un pueblo.
Una de las más hermosas características humanas es la de la capacidad de aprender
Si no sabemos cómo hacerlo, es hora de aprender. De juntarnos, de generar ideas, de ver qué están proponiendo otras personas, y sobre todo, de desperezarnos del fastidio de seguir viendo que muchas cosas no funcionan, no nos gustan, y las seguimos tolerando.
Todos podemos aprender, sin importar qué es lo que ya sabemos, nuestra edad o nuestro género. Podemos aprender, y sobre todo, podemos re-aprender. Nuestras crianzas y nuestra cultura, nuestras experiencias personales, y aprendizajes tanto formales, informales y no formales nos van moldeando y determinan cómo actuamos, cómo hablamos y qué creemos.
No obstante, cuando nos volvemos conscientes de lo que pensamos, de lo que nos decimos, y comenzamos a abrirnos a escuchar, a tomar en cuenta otras opciones, y empezamos a cuestionar lo que dábamos por sentado, lo que hasta hoy era obvio, ahí realmente podemos transformar nuestra realidad, si así lo eligiéramos.
Todos fuimos a la escuela, todos hicimos cursos. A lo que me estoy refiriendo con esta propuesta es a fomentar aprendizajes con conciencia. Es decir, a desarrollar e intensificar los procesos de aprendizaje, no solo los que realizamos en la escuela o universidad, sino también los aprendizajes de vida. Mediante el conocimiento de cómo es que cada uno de nosotros es especial y único, cómo es que hacemos lo que hacemos, cuáles son nuestras estructuras de pensamiento, y de qué manera nosotros propiciamos o lentificamos nuestro propio crecimiento, generamos un proceso de transformación elegido por nosotros mismos.
Al conocernos a nosotros mismos, podemos trabajar sinérgicamente con los demás, generar proyectos, y dar un paso más. Además de pensar en forma individual y en pequeño, comenzamos a tener una visión colectiva y en grande. En lugar de quejarnos porque “nadie hace nada”, comenzamos a hacer algo nosotros, y a motivar e inspirar a otros.
Las herramientas y filosofía que sustentan mi trabajo son aplicables tanto al ámbito de la educación formal, de capacitación permanente y del desarrollo personal. Partiendo de la profunda convicción de que nuestros aprendizajes para ser efectivos deben de alguna manera mejorar nuestra calidad de vida, nuestro énfasis yace en la practicidad y aplicabilidad de los nuevos conocimientos en la vida diaria. Cuando mejoramos nuestra comunicación y relaciones con nosotros mismos y con los demás, cuando el cuestionamiento a lo que damos por sentado se transforma en un hábito, cuando sabemos cómo regresar a nuestro centro cuando nos alejamos de él y somos conscientes de nuestras emociones y las podemos usar a nuestro favor, ahí estamos aprendiendo con conciencia.
Aunque no es terapia, un aprendizaje de este tipo resulta terapéutico. Es simplemente un proceso a través del cual aprendemos a valorar cada instante de nuestra vida, mejoramos nuestra actitud, tomamos decisiones con responsabilidad, resolvemos conflictos, y vamos dando los pasos necesarios para lograr lo que siempre soñamos.
Cuando nos sumergimos en este tipo de aprendizaje nuestras vidas se vuelven más plenas, ya que sabemos que podemos darle forma a nuestra realidad mediante pequeñas pero firmes modificaciones a la manera en que encaramos nuestras existencias.
Es por eso que capacito a docentes, padres, parejas, profesionales, y todo aquel que esté dispuesto a pasar por la maravillosa incomodidad temporal de modificar lo que ya no funciona, de pulir lo que hacen bien a medias, o de cambiar de rumbo si el camino recorrido hasta ahora no les satisface plenamente.
Mi motivación es acompañar a la gente a acercarse a la sabiduría de vivir con plenitud y en armonía, intensificando los momentos de foco, actividad y logro, y respetando los momentos de silencio, descanso, y reconexión con uno mismo.
Mucho se habla de educación en grandes definiciones académicas, pocos espacios hay para que los protagonistas de la Educación formal, no formal e informal puedan decidir qué es lo más importante para aprender.
Uno de los aprendizajes esenciales de las familias y comunidades, a mi criterio, es a ser felices, un tema que no tratamos en nuestras escuelas y universidades.
Uno de los aprendizajes esenciales de las familias y comunidades, a mi criterio, es a ser felices, un tema que no tratamos en nuestras escuelas y universidades.
Todo lo que hago fue desarrollado a partir de datos aportados por la ciencia en general, las neurociencias, la psicología cognitiva, la ontología del lenguaje, la PNL, la atención plena o Mindfulness, los trabajos de la Dra Pinkola Estés, Moshe Feldenkreis, entre tantos otros. Está basado en Las Seis inspiraciones©, y sigue creciendo e incorporando nuevas herramientas, reflexiones y conocimiento.
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La formación consta de cinco instancias, de dos jornadas de capacitación cada una.
No hace falta hacerlas en orden, ni todas en el mismo año.
Cada jornada es de día completo (de 9 a 17)
En los encuentros hay input teórico y mucha práctica vivencial.
Material de lectura optativa y contacto online entre encuentros.
Cada una de las instancias individuales tiene una certificación.
Al completar las cinco, y habiendo pasado por un proceso de evaluación, los participantes obtendrán la certificación de la formación completa.
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Esta formación es un proceso a través del cual aprenderás a valorar cada instante de tu vida, mejorarás tu actitud, tomarás decisiones con responsabilidad, resolverás conflictos, e irás dando los pasos necesarios para lograr lo que siempre soñaste.
Cuando nos sumergimos en este tipo de aprendizaje nuestras vidas se vuelven más plenas, ya que sabemos que podemos darle forma a nuestra realidad mediante pequeñas pero firmes modificaciones a la manera en que encaramos nuestras existencias.