martes, 16 de junio de 2009

Momento de reflexión para quienes enseñan y aprenden


Momento de reflexión para quienes enseñan y aprenden
Por Laura Szmuch

Muchas veces mis colegas me preguntan cómo enseñar tal o cual cosa con la PNL.
Yo respondo: “No, no, no… La PNL no es una metodología de enseñanza… No es una teoría educativa…”
La PNL es una manera altamente efectiva de conocernos a nosotros mismos como docentes. Por supuesto, no es la única. Hay gente que utiliza otras herramientas o adopta otras filosofías. Y les sirven. Y les hacen bien. La PNL es ecléctica y toma lo que funciona de otras disciplinas. A muchas personas, entre ellas docentes, les ha servido para descubrir cómo se relacionan consigo mismos y con otra gente…entre ellas, sus alumnos. Les ha sido altamente beneficioso para entender cómo sus alumnos se relacionan entre sí, con el material a aprender, con el docente, con sus propios objetivos o la falta de ellos.

El hecho de tomar en cuenta los diferentes canales sensoriales, por ejemplo, para presentar el material, para adaptar el ritmo de la clase, para ayudar a los alumnos a expandir su percepción y facilitar la adquisición y desarrollo del conocimiento ya es un enorme paso.

El mirar a los alumnos desde la perspectiva de que todos somos diferentes y únicos, y de respetar la gran variedad de estilos convierte el proceso de enseñanza-aprendizaje en artesanal, incluso artístico, más que en objeto de producción en masa.

La PNL nos da herramientas tanto a alumnos como docentes para descubrir nuestros propios recursos, utilizarlos y expandirlos. Trabajar sobre nuestras limitaciones y desafiarlas. Conseguir lo que queremos en forma activa y ver posibilidades donde antes se percibían bloqueos.
La creencia poderosa de que absolutamente todos podemos aprender, aunque lo hacemos de maneras diferentes desafía muchas otras creencias anteriores que cerraban puertas y les robaban posibilidades a quienes no se adaptaban a la forma tradicional de hacer las cosas. No se trata de ser de avanzada o no, de usar técnicas holísticas o no, de estar a la moda con la manera de plantear un curso o no. Se trata de valorizar y respetar la manera en que cada alumno aprende.

Tanto las creencias de los docentes como las propias creencias de los alumnos acerca de cómo se debe aprender hacen que ellos estén o no estén abiertos a determinado tipo de trabajo, y el docente tenga que observar y escuchar cuidadosamente, y darles el tiempo para que ellos descubran que quizás, hay otra manera un poco o mucho más efectiva para hacer las cosas. La mejor opción es la que funciona. La que le sirve a cada persona para hacer mejor uso de sus recursos internos.

Tal vez nuestro rol como docentes sea simplemente mostrar, guiar, informar. Decirles a nuestros alumnos que tienen todo esto al alcance de sus manos. Y en lugar de imponer o convencer, mostrarles a través de nuestro propio ejemplo de qué manera pueden hacer las cosas eficientemente.

Sin ánimo de juzgar, simplemente haciendo uso de mi capacidad de discernir, y solamente describiendo algunas situaciones, voy a contarles algunas cosas que he observado:
  • Docentes sumamente estresados diciendo alegremente que utilizan técnicas de relajación en sus clases con sus alumnos.
  • Coordinadores que me plantean que quieren honrar la diversidad en sus escuelas, entonces para que ningún docente no cumpla con ello, ellos mismos planifican cada segundo de los cursos de los profesores.
  • Maestros que esperan que los cambios vengan solamente de afuera, ya sea de la dirección de la escuela o del Ministerio.
  • Profesores que se quejan porque los alumnos no están motivados para aprender, y jamás han hecho un curso de perfeccionamiento docente o de crecimiento personal si no era obligatorio.
  • Profesores que protestan porque los alumnos sólo estudian para sacarse la nota justa para aprobar y ellos sólo asisten a cursos si tienen puntaje docente.
  • Docentes que honestamente sienten que algo tiene que cambiar, pero no saben por dónde comenzar.
  • Docentes asustados cuando finalmente se dan cuenta de que el cambio no pasa exclusivamente por leer más o tomar más cursos de postgrado, sino con un proceso interno de transformación en el que ellos mismos toman la responsabilidad de sus propios resultados.
  • Docentes sin rumbo, confundidos ante tanto cambio externo y tantas exigencias ante las cuales no están preparados ni fueron capacitados.
  • Docentes que quieren cambiar y mejorar, pero que en medio del proceso no están dispuestos a dejar lo viejo, a soltarlo, para abrazar lo nuevo.
  • Docentes con incertidumbres.
  • Docentes con incongruencias.

    Y no sólo docentes, esto le sucede a todo tipo de profesional. Los humanos andamos por el camino con situaciones parecidas a estas. Y en algún momento u otro de nuestras vidas y carreras nos han pasado cosas como las que acabo de describir. Y algunas otras también. A todos. Es parte normal de nuestro crecimiento.

    El tema es qué hacemos con lo que nos sucede.


¿Lo escondemos y seguimos culpando a otros?
Por esconder me refiero a esconderlo no sólo ante los demás, sino ante nosotros mismos.
¿Lo miramos?
¿Lo escuchamos?
¿Lo enfrentamos?
¿Lo evaluamos?
¿Le tenemos paciencia?
¿No le tenemos paciencia?
¿Lo juzgamos?
¿Lo criticamos?
¿Lo justificamos?
¿Nos auto flagelamos por lo que nos pasa?
¿Nos sentimos impotentes?
¿Nuestro cuerpo se rebela y nos señala a través de algún problema de salud que lo que estamos haciendo no coincide con lo que querríamos? ¿Qué son acaso todas esas contracturas, dolorcitos, y otras cuestiones mayores sino una manifestación de que alguna incongruencia en nuestras vidas no está siendo tomada en cuenta?

La insatisfacción es un despertador. Suena y nos sacude cuando nos dormimos y nos dejamos llevar por caminos que no elegimos. Nos despabila cuando repetimos conductas que no nos gustan porque el decidir cambiar puede llegar a implicar pasar por un momento difícil en el que indefectiblemente vamos a tener que ponernos frente a un espejo, y mirarnos. Descubrir qué nos muestra nuestra propia imagen y decidir seguir como estamos o cambiar.

La propuesta y objetivo de la PNL, de la ontología del lenguaje, de la práctica de la meditación y de otras maravillosas disciplinas es ser conscientes. Dejar el piloto automático. Tanto en nuestras vidas como en nuestras prácticas profesionales. Aprender que no hay una sola manera de hacer las cosas ni de percibirlas. Que cada ser humano y cada encuentro con otra persona son únicos. Que cada uno es responsable de escribir y darle forma a su propia historia. Y por aprender me refiero a un proceso mucho más profundo que la mera adquisición de información. El aprendizaje pierde su más fascinante dimensión cuando no nos transforma. No es solamente cuestión de estudiar datos. Es ver qué hago con esos datos. Con este comentario mi intención no es desvalorizar este tipo de conocimiento, el académico y el de la investigación, que tanto me gustan. Lo que quiero decir es simplemente que es únicamente el primer paso.

La mayoría de nosotros pasó por la insatisfacción enorme durante el colegio secundario ante el hecho de tener que retener nombres, fechas, datos y no saber ni entender para qué había que memorizarlos. “¿Para qué me sirve esto?”, cuestionan los chicos. Y los profesores muchas veces no saben…pero sienten que lo tienen que enseñar. Otras veces responden que es “cultura general”. El tema es que los alumnos no están motivados a tener ese tipo de cultura general. Si alguno de los adolescentes le pregunta a un profesor acerca de algún grupo nuevo de música, seguramente el profesor se va a encoger de hombros. ¿Acaso eso no es cultura general también? ¿Quién decide cuál información es más válida? ¿Cuál representa más para los chicos? Recuerdo profesores míos quejándose porque recordábamos más las letras de las canciones que nos gustaban que los nombres de los ríos de Asia. Es gracioso, ¿no es cierto? ¿A quién le interesa aprender los nombres de los ríos de un lugar a no ser que lo haga dentro de un contexto más amplio, como el estar planificando un viaje o diseñando un acueducto, o viendo por lo menos un video que muestre a la gente que vive cerca de esos ríos? Con esto no quiero decir que haya gente a quien le encante recordar esos datos y disfrute con ello. Lo que digo es que no son la mayoría, y que los reclamos de los alumnos tienen que ser atendidos. Siempre. A veces, después de considerarlos, decidiremos que no estamos dispuestos a atenderlos. Otras veces, nos dejarán con inquietudes y nos mostrarán que algo de lo que estamos haciendo no está funcionando.
¿Estoy diciendo que hay que abandonar por completo la enseñanza del conocimiento-información? Por supuesto que no. Absolutamente no. Estoy diciendo que esa información tiene que ser relevante y aplicable. No queremos alumnos que repitan lo que leyeron en un libro palabra por palabra. Que citen autores de memoria o que copien y peguen material sacado de internet. Queremos gente activa, que piense por sí misma, que se motive y genere a sí misma y acá también estoy hablando de los docentes como alumnos. Los mismos docentes en sus propios cursos de capacitación. Queremos alumnos que nos enseñen, y que el proceso sea uno de retroalimentación permanente…no el profesor haciendo esfuerzos por convencer al alumno que tiene que aprender lo que no quiere aprender. No el profesor que da a sus alumnos de comer en la boca permanentemente, como si ellos no estuvieran listos para hacerlo por su cuenta.

Pero para que esto suceda, nosotros, los profesores, necesitamos, además del conocimiento académico, mucho trabajo interno.
Saber dar espacio a los demás.
Entender que hay muchas cosas que todavía no sabemos.
Estar abiertos al cambio.
Animarnos.
Soltar lo que ya no sirve ni funciona.
Trabajar con otros, nunca en contra de otros.
Leer mucho, y también hacer mucho.
No tomar nada por sabido. Nada de lo que presuponemos es obvio para el otro, todo es conversable. Todo puede ser interpretado y significado de múltiples maneras.
Dentro de lo posible, que nuestra vida personal crezca y se desarrolle tanto como nuestra vida personal.

La segunda parte de la nota en el próximo número.
Laura Szmuch©

Mi nombre es Laura Szmuch y soy profesora nacional de inglés, egresada del INSP "Dr JVGonzález" Master Practitioner y Trainer en Programación Neurolingüística. También soy Coach Transformacional Modelo Ontológico y Coach certificada por Joseph O’Connor (Lambent do Brasil). Estudié Neuropsicoeducación y estoy cursando el Master universitario en Psicología Cognitiva y Aprendizaje. He co-desarrollado un programa de capacitación en PNL para docentes. Soy co-fundadora y co-directora de Resourceful Teaching, consultoría educativa que enseña, entrena y asesora a docentes en Argentina y en el exterior, y ofrece servicios de consultoría y coaching a nivel personal, profesional e institucional. He escrito un gran número de artículos acerca de PNL y educación y PNL y desarrollo personal que han sido publicados en varios países. Mi primer libro “Aprendiendo inglés y disfrutando el proceso", contiene ideas y consejos para alumnos para usar mejor sus capacidades de aprendizaje. Coordino grupos de reflexión y transformación personal y retiros conocidos como "Un Spa para tu Alma". He participado en congresos nacionales e internacionales, y he capacitado docentes y otros profesionales en varias ciudades de mi país, en Perú y en Inglaterra.
¿Qué te ofrezco?Apoyo en procesos de cambio, de autoconocimiento, de logro de objetivos. En resolución de conflictos, técnicas efectivas de comunicación intra e interpersonal y estrategias de excelencia y crecimiento personal y profesional.
¿De qué manera?A través de cursos de PNL (Programación Neurolingüística), cursos con técnicas de PNL, talleres, retiros, entrevistas personales, conversaciones de coaching (utilizo la PNL y el coaching ontológico entre otros).La capacitación puede ser en inglés o en español. Puede ser a nivel personal o en tu empresa.Mi misiónHace más de diez años empecé a trabajar con personas en el ámbito de la educación y del desarrollo personal y profesional. Me llena de orgullo y satisfacción ver cómo han crecido, madurado y logrado exitosamente lo que se habían propuesto. Mi gran deseo es seguir acompañando a mis alumnos y gente que me consulta a vivir una vida feliz y plena, exactamente como ellos deciden que sea. Cuento con las poderosísimas técnicas y filosofía de la PNL y de la Ontología del Lenguaje, entre otras.