Es de público conocimiento lo que estuvo sucediendo esta semana en la Argentina en relación a casos de violencia extrema en escuelas. No sé si esto en esta magnitud es nuevo, o si la prensa le está dedicando su atención más que antes. Lo cierto es que es un tema preocupante, sobre todo porque hay muchas cosas que podrían estar haciéndose y no están ocurriendo para evitar este tipo de incidentes.
Me refiero a las niñas que atacaron a su compañera por ser linda, a las señoras que se pelearon violentamente en una escuela por un asiento, al adolescente que acuchilló a otro por una mujercita, al alumno que golpeó a la directora del colegio por haberlo expulsado por actos reiterados de “indisciplina”, entre tantos otros que vi en la televisión esta semana.
Más allá de los actos en sí, me llamó la atención la directora de una de las escuelas, en una entrevista corta. Dijo que iban a ver si hablaban acerca del tema con los alumnos y que a lo mejor podrían hacer algo acerca de valores.
La mujer parecía quebrada ante la terrible situación, y con una desconexión total con su propio poder personal. Sentí una terrible compasión hacia ella, que no parecía saber qué hacer, qué decir, cómo actuar. Y, a la vez, la situació estaba llena de una total irresponsabilidad. No porque ella fuera culpable, no, no estoy diciendo eso-en absoluto. Lo que digo es que ya es hora de que las familias pasen la responsabilidad de la educación humana a las escuelas y las escuelas a las familias. Es hora de que entendamos TODOS, que la educación es responsabilidad de todos.
En el número anterior hablé del factor humano, que muchas veces es olvidado en las empresas a la hora de capacitar. Lo mismo sucede en muchas escuelas, donde se cree que cumplir con algunos contenidos curriculares es suficiente. Se les llena a los niños la cabeza de información (y a veces ni siquiera eso), y salvo que alguna maestra, que por supuesto hay muchísimas, de buena voluntad, y usando su intuición, decida acercarse a un alumno desde lo personal y humano, son muchas las veces en las que la justificación por no hacer nada es que la responsabilidad es de otro: de la casa, del juzgado de menores, del estado…. Es verdad, tanto las familias, como las casas, como los jueces, como el estado, como la escuela tienen que hacer algo. TENEMOS que hacer algo.
Es verdad que, como también dije en la nota anterior, los docentes han sido lanzados a roles para los cuales no están preparados. Sin embargo, hay fundaciones que dan capacitación gratuita, como por ejemplo, “Valores para Vivir”, que ya está cumpliendo diez años en estos días. Tienen capacitaciones para padres y docentes de altísima calidad, y materiales para trabajar y reflexionar con los alumnos.
Hay otros cursos, que no son gratuitos, que también son muy buenos a la hora de que tanto padres como docentes puedan empezar a poner los límites necesarios, y a ejercer su autoridad (ojo, no digo autoritarismo). Te recomiendo el video de la charla de Emilio Calatayud, un juez de menores en España.
http://torcuato.wordpress.com/2007/09/28/emilio-calatayud-juez-de-menores/
Te pido que lo mires, y que compartas tus reflexiones acerca de este tema.
Laura
Con motivo de celebrar el 10ª aniversario del programa en
Argentina , la Asociación Valores para Vivir tiene el agrado de
invitar a Ud. a la celebración que tendrá lugar en la Sala
Cortazar de la Biblioteca Nacional, sita en Agüero 2502, de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires , el día lunes 28 de abril a
las 18 hs r.s.v.p.
4951-8435
valoresparavivir2005@yahoo.com.ar entrada libre y gratuita
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